Diferencias entre un asturiano y el resto



España es variopinta en paisajes, monumentos, gastronomía, costumbres y gentes. Cada pueblo, gallego, catalán, castellano, aragonés, andaluz o asturiano, por citar algunos, tiene su particular forma de ser, de actuar, de expresarse y hasta de sentir. Somos distintos, con un lazo común que nos une. La morrriña y retranca de los gallegos se opone a la alegría de los andaluces, o la fortaleza de los vascos contrasta con el espíritu comercial de los catalanes. El intentar hacer un retrato de cada de uno de esos pueblos que conforman nuestro país es harto complicado. Es más fácil elaborar una semblanza en la que el soporte sobre el que se asienta es el humor.



Nos hemos tomado la libertad de hacer esa semblanza, insistimos, en tono humorístico, de algunos aspectos que distinguen a un asturiano del resto de los humanos.

Un asturiano no se cae, dase una ostia.

Un asturiano no se enamora, quédase pillau.

Un asturiano no se lanza, tira pa´lante.

Un asturiano no concierta una cita con sus amistades, espéralos en un chigre.

Un asturiano no es valiente, tien huevos.

Un asturiano no es que no entienda, ye que ya lo sabe.

Un asturiano no te llama la atención, dice: ¡¡Me cagüen en la mar, que coño faes chaval!!

Un asturiano no te golpea, date una paliza.

Un asturiano no trabaja, ¡curra!

Un asturiano no corre a toda velocidad, va tou follau.

Un asturiano no se ríe a carcajadas, pártese el culo.

Un asturiano no es un macarra, ye amigu de sus amigos y si hay que dase de osties, pues danse.

Un asturiano no es presuntuoso, ye mas chulu que un 8.

Un asturiano no habla claro, te lo diz to a la puta cara.

Un asturiano no esta cansado, tá reventau.

Un asturiano no tiene estrés, tá quemau.


Fuente: www.batiburrillo.net